Libreta 7a. Pág. 38 – Obra No. 655
Al combinar, de forma alternada, Decasílabos con Dodecasílabos
y quebrando este último en el centro, de modo que forman 2 hexasílabos,
logra con ello el poeta una bella musicalidad, que unida a su alto
contenido, hacen de éste uno de sus más hermosos poemas
      

Yo Quisiera..


Yo quisiera dejar de mi vida,
Señor, en la tierra perpetua memoria,
y que sean las letras la placa
perenne do al mundo mi nombre se exponga.
No unas letras que lleven, cual sierpes,
del mal y del odio la negra ponzoña.
No unas letras que inspire el demonio
con toda la rabia que de él se desborda.
Esas letras, ¡a cuántos, Dios mío!
los ornan con esa falaz aureola
que los necios, absortos, contemplan
y tienen tus santos por mancha y deshonra.
Sean letras que estén saturadas
de fe, de esperanza, de amor; de esas joyas
que le prestan al alma creyente
la luz que disipa del mundo las sombras.
Sean letras que lleven a todos
aquellos hermanos que sufren o lloran,
la palabra de aliento y de vida
que salva, que alegra, que anima y conforta.
Sean letras, mi Dios, con que aplaque
la sed que me abrasa de darme a tu obra
y estas ansias que llevo en el alma
de hacer que a las almas que, necias, adoran
los nefastos fetiches que el mundo
les pone en las manos, cual célicas joyas,
como un eco terrible del cielo,
se los tornen ceniza y escoria.

Es tu gloria, Jesús, la que busco;
no quiero la falsa que el mundo pregona.
Si deseo que quede en la tierra,
Señor, de mi vida perpetua memoria
y que sean las letras la placa
perenne do al mundo mi nombre se exponga,
es que quiero cantar y que canten
los hombres conmigo después que la sombra
de la muerte me lleve a tu reino...
¡un himno perpetuo de amor a tu gloria!

José A. del Valle
Miami, 13 de Abril de 1978