Ép. y Míst. Pág. 76 - Obra No. 20
Sublime elogio a la Oración

Mi Remedio


Si el corazón lo tienes enlodado
porque lo holló la planta del pecado;
si tiene alguna herida
de manos del desprecio recibida;
si está cansado de latir por tantos
contratiempos y golpes y quebrantos,
yo sé, para estos males de un remedio
que también es antídoto del tedio:
¡un cáliz de pasión! La confiada oración.
Aquel que beba en él mientras exista
un Reino santo y eternal conquista:
Reza, mortal mientras aquí subsistas,
y ya verás el Reino que conquistas:
¡de Cristo el Corazón!

José A. del Valle