La  Página  Más  Bella

No hay duda que los historiadores
al estudiar la Historia,
van viviendo las épocas aquellas
oscuras y remotas
cargadas de leyendas y de mitos
y de extrañas consejas fabulosas
que el tiempo ha sepultado con el polvo
que, en su carrera loca;
loca e irrefrenable...
levantaron sus botas.

Es imposible que vivirlas puedan
si no las desempolvan,
y emplean para ello y al momento,
una vertiginosa aspiradora
llamada fantasía
que, las más de las veces, no funciona.
Y no funciona porque casi siempre
por soñar...¡se equivoca!

Así van cabalgando, entretenidos,
por los campos abruptos de la Historia,
y ven cómo el valiente macedonio
conquista tierras. Ven de Babilonia
además de su gloria y poderío,
los jardines colgantes que la exornan.
Y se deleitan viendo cómo Grecia
se reviste de gloria
con sus sabios filósofos y artistas
que le dieron Esparta, Macedonia,
Arcadia, Atenas, Tebas...
cuna del inmortal Epaminondas.
Y no se pierden una sola escena
de la vida de Roma.
De la Roma imperial que con sus leyes
y sus conquistas, se cubrió de gloria.

Viven en el pasado contemplando
del pasado la sombra,
y veo, con dolor, que son muy pocos
¡pocos, mi Dios! Los que por unas horas
con la misma emoción con que contemplan
las edades remotas,
contemplan tu Evangelio.
¡La página más bella de la Historia!

José A. del Valle
Miami, 17 de agosto de 1989