Poesía Lírico Patriótica

José A. del Valle, aunque de nacionalidad cubana, tuvo gran influencia española, tanto de su padre Andrés del Valle, natural de Caravia perteneciente a la villa de Colunga en Asturias, como también de su maestro, profesor y educador catalán Pedro Freixas director y dueño de la Academia Luz y Caballero, y en cuyo plantel, Joseíto, cursó toda su formación académica superior. Freixas siempre consideró a Joseíto un discípulo querido y aventajado y a su vez el recuerdo de Freixas y su enseñanza acompañaron al discípulo hasta su muerte.

Así podemos decir que, de cubano él tenía la chispa alegre, junto con un gran amor tanto a la patria como a sus héroes; mientras que de España tenía todo el sentir y el pensar junto con las virtudes que lo hicieron español, tanto que bien podríamos decir, que de pura cepa. Era tal su amor y compenetración con los clásicos españoles, que no solo al escribir sino al tratarlo muchos confundían su nacionalidad y lo creían hijo de España, que desde luego lo era.

Pero el amor no le ciega y el siguiente poema lírico y patriótico, "24 de Febrero", es una muestra de esto. En una Silva le canta a la Independencia cubana invitando al lector a acompañarlo para asomarnos en el pasado al “Valle de Esclavitud”, como él lo llama, para ver la oscuridad y sombras de la opresión del espíritu, cuando el hombre es tiranizado, no por una patria honrosa a quien llama “abuela”, sino por enanos que la deshonran y hacen de opresores que no le permiten a Cuba, a quien él presenta como una madre doliente y con ella a sus hijos, expresar libremente sus ideas con las que quedan amordazados también sus ideales, quedando así la patria presa por la inercia y sin propia iniciativa.

Y ve también a los bélicos centauros de la patria en la maleza luchar por la ansiada libertad y ve el triunfo emancipador como una explosión que mira al sol en la que, según expresión del poeta, “la cuerda de la lira inmortal del patriotismo rasga la bóveda azul del infinito”