Libreta 9a. Pág.45 – Obra No. 914

Tu Delicia

“Mi delicia es estar
con los hijos de los hombres.”
Esta frase tuya, Cristo,
me alienta y me predispone
a conversar cara a cara
contigo; a poner mi pobre
corazón junto a ese tuyo
que es de santo amor derroche,
para que en tu amor se encienda
cuando contigo dialogue.

¡Oh cómo arroban el alma
esas hablas interiores!
Tanto se deleita en ellas
que sufre al ver cómo corre
el tiempo, por lo que teme
que el dulce arrobo le tronche.

Tras la celestial delicia,
el alma, ardiendo en amores,
transforma en eco tu frase
para ver si al fin la oyen,
con la atención que merece,
tantos abúlicos hombres
que deambulan por la vida
como sombras en la noche,
para moverles el alma
a que contigo dialoguen;
en tu santo amor se enciendan
y al igual que yo, pregonen
tu frase para ofrecerte
lo que ansioso te propones:
Vivir y hablar con nosotros,
dulce Amor de los amores,
no en castillos ni en alcobas
donde hay de lujo derroche.
Si eres de humildad ejemplo,
muy bien sabemos los hombres
que prefieres un pesebre:
¡El de nuestros corazones!

José A. del Valle