Al catalogar como filosóficas ciertas poesías de José A. del Valle nos referimos al ejercicio de reflexión al que ellas nos llevan queriendo descubrir la verdad que se esconde en tan breves renglones. Así lo decimos para que no piense el lector encontrar temas sacados directamente de un tratado.

Como las pequeñas fábulas, también sus versos tienen siempre enseñanzas que brotan de múltiples figuras poéticas, alegorías, imágenes así como de simples frases que encierran grande y profundo amor a la sabiduría.

Su amor por la verdad se descubre en sus obras desde bien temprano en su juventud. Amó el saber y lo buscó con deleite. Si fue digno hijo de la Iglesia no lo fue de una manera ciega, sino precisamente por saber profundizar en las verdades que ésta enseña.

La sencillez y apertura de su carácter jovial estaba al mismo tiempo acompañado, y no escondido, por su capacidad grande de reflexión que se traslucía tanto al hablar como al escribir. Por esto se puede decir que no hay poesía en él que no escierre filosofía, aunque trate de temás diversos.

Introduciendo este tema comenzaremos con la poesía titulada "Con Cristo y Horació" donde se mezclan ese carácter jocoso del que hablábamos antes y ese amor entrañable a la Filosofía Cristiana