Amoroso Designio

Dejaste que te dejasen
marcado el cuerpo divino
con cinco llagas sangrantes,
adorable Jesucristo.
Y si en tu cuerpo quedaron
fue porque tu amor lo quiso;
y lo quiso para darnos
testimonio fidedigno
de que supiste ofrendar
la vida por tus amigos.

Mas, no sé por qué razón,
mi buen Jesús, me imagino
que ése tu amor generoso
te ha inspirado otro designio:
Sabes que débiles somos
porque los cinco sentidos,
esas cinco ventanitas
de nuestro mundo testigos,
al alma asomada a ellas
la mantienen de contínuo...
y, porque ves que mil veces
se deleita en lo maligno
de este mundo miserable
y quieres que en lo divino
se deleite, de tus llagas
haciendo cinco postigos,
cierras las cinco ventanas
de nuestros cinco sentidos,
para que en vez de extasiarse
en lo mudable y lo efímero,
entre en ella y se deleite
hablando contigo mismo
que eres deliciosa fuente
de gozo eterno y divino.

Si ves, Jesús que mi alma
busca deleitarse en lo efímero,
por ese amor que nos tienes
ardientemente te pido
que hagas de tus cinco llagas
cinco herméticos postigos
y cierres bien las ventanas
de estos mis cinco sentidos,
porque mi mayor deleite
(Tú lo sabes, Jesucristo)
es alojarte en mi alma
y hablar a solas contigo.  

José A. del Valle
Miami, 11 de Julio de 1982