Poemas a la Iglesia Católica

El amor entrañable de José Andrés del Valle a la Iglesia Católica era la razón de su existencia como cristiano en la tierra; su entrega y fidelidad a la Iglesia, Esposa de Cristo, colmaron todas sus ansias terrenales ya que su adhesión al Magisterio y a la Vida Sacramental fueron para él la más dulce unión personal con Cristo, con su Palabra y Doctrina.

A Su Espíritu se entregó, el Espíritu de Cristo, y por Él se dejó gobernar. Fue un estudioso de los Padres de la Iglesia, de las Enciclicas, de los Documentos papales y de la Teología, de ahí su adhesión a los Dogmas de nuestra Madre la Iglesia y su respeto amoroso a los Ministros del Señor.

Aunque a todos los Ministros respetó y amó, buscó a los más sabios y con ellos siempre mantenía una amistad dialogante y en ellos y en los más santos depositó siempre su dirección espiritual.

En el Banquete Eucarístico y la Santa Misa encontraba diariamente el Manantial para su sustento vital: la Oración, su diario vivir, su alegría, su paz interior. José Andrés del Valle podía decir con S. Pablo y con verdad: "No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí.

En su "Canto a la Iglesia Católica" deja José A. del Valle bien expresado lo que acabamos de decir. Basta leerlo. Y es con este poema que comenzamos esta Sección, en la que hemos agrupado sólo sus poesías más significativas sobre la Iglesia Católica.