¡No te entretengas! ¡No te entretengas!

A los Seminaristas

Joven en quien los ojos
Jesús ha puesto
para llevar a todos
al Evangelio,

y que en horas de dudas
sientes que el alma
Jesús te la acaricia
con la mirada

porque quiere llamarte
de esa manera
al magisterio santo
con que su Iglesia

les enseña a las almas
ha dos milenios
el camino seguro
para ir al cielo,

no le cierres los ojos
ni los oídos
a ese dulce reclamo
de Jesucristo.

Corre a su encuentro y dile:
¡Gracias, Maestro,
por llamarme a la prédica
de tu Reino!

Entrégate ardoroso;
con toda el alma,
a misión tan sublime
como tan santa,

y haz lo que el buen San Pablo
nos aconseja
para lograr del cielo
la santa meta.

“Ni a derecha ni a izquierda
tuerzas el rumbo;
que en el camino recto
sólo está el triunfo.”

Cierra muy bien los ojos
y los oidos
a las tantas sirenas
de tu camino.

¡No te entretengas!
¡No te entretengas!
¡Avanza! ¡Avanza,
que la santa esperanza
todo lo alcanza!

José A. del Valle
Miami, 13 de Julio de 1982

Glorioso San Agustín, que abriste un camino de entrega a Dios al descubrir la hermosura de la vida religiosa;
concédeme a mí, que me creo también llamado por Él, a ver claramente mi camino;
ayúdame a ser fiel a esa vocación divina;
que la estime en todo su valor, que huya de las personas y cosas que me la pueden arrebatar;
que sea desde hoy muy generoso para decir " sí " el día de mi total entrega. Amén