Libreta 6a. Pág. 114 - Obra No. 520
Silva en la que expresa la fuerza poderosa que
el hombre tiene en su mano:  la Oración

Tu Fuerza


Observa el universo:
Cómo giran, en carrera veloz,
la luna, nuestra tierra, las estrellas
y el luminoso sol. Girando van
todos con orden y armonía,
cual si obedientes fuesen a una voz.
Y a una voz obedecen: A la misma
que de la oscura nada los forjó.
Desde la inmensa fúlgida galaxia
hasta la oculta diminuta flor,
todo lo rige y lo gobierna todo
la voluntad de Dios.

Y tú, mortal, ¡asómbrate! Tú puedes,
con ese tu voluble corazón,
aunque eres de ese Dios criaturita
como lo es la galaxia y lo es la flor,
gobernarlo, a pesar de que los astros
obedecen su voz.
Le llamamos el Todopoderoso,
y es débil al reclamo del amor.
Si con amor lo tratas;
si a El lo ves en quien a ti llegó
pidiéndote la mano, y se la diste
para calmar su angustia o su dolor,
puedes decir sin dudas,
que tienes una fuerza a la que Dios
obedece, lo mismo que los astros
lo obedecen humildes: ¡La Oración!

José A. del Valle

San Juan de Pto. Rico, 2 de Mayo de 1976