Felicitaciones Navideñas a los nietos 1977

A Carmen María

Que la Virgen y el Niño,
Carmen María,
te llenen de la Pascua
con su alegría;
y con ellos te mandan
tus abuelitos
comercial poesía:
cinco pesitos.



A Ileana

Como sigues, Ileana,
tan hacendosa,
y además sigues siendo
la “cariñosa”,
van en pago al trabajo
y a tantos besos
que nos diste en el año,
tus cinco pesos.
Y dirás, nietecita:
¡Qué poca cosa,
a pesar de haber sido
tan hacendosa!


A Diana María

¿No ves allá, a lo lejos,
esa casita?
A ella van los camellos,
bella Dianita.
Te mandamos con ellos
miles de besos,
y lo que en toda Pascua:
¡tus cinco pesos!


A Enriquito

No van por los trabajos
que al carro hiciste
esos cinco pesitos;
más mereciste.
No van por eso:
van por lo que te amamos,
y con un beso.
Un solo beso
que vale más que el oro
que tuvo Creso.


A Alejandro

¿Ves los camellos esos?
Ellos te llevan, nieto,
tus cinco pesos,
y en cada peso mandan
tus abuelitos
un millón largo, largo,
de sus besitos.


A Javier

Tienes que saber, Javier,
que saben tus abuelitos
que aquí, con cinco pesitos
muy poco se puede hacer.
Mas, piden puedas tener
feliz Año y Navidad,
y que en la Universidad
veas tu ilusión cumplida,
para lograr en la vida
dinero y celebridad.

A Violetica

Como ves, querida nieta,
con muy poca cantidad,
como en toda Navidad,
va premiada esta tarjeta.
Pero eso sí; va repleta
de todos nuestros anhelos:
que Navidad, de los cielos
te traiga sus alegrías,
y Año Nuevo, que sus días
te resulten caramelos.


A Pepito

Pepe: con muy poca cosa
va premiada esta tarjeta;
pero, en cambio, va repleta
de una esperanza preciosa:
Que Navidad deliciosa
te ofrezca el boricua suelo,
y que Año Nuevo tu anhelo
lo haga realidad viviente.
Esa es el ansia fervierte
de tu abuela y de tu abuelo.


A Carlitos

Santa Claus dejó, Carlitos,
dentro de esta tarjeta,
cual si fuese tu chancleta,
(ya lo ves) cinco pesitos.
No te serán tan bonitos
como un juguete sería;
y es que Santa Claus decía:
“Reconozcan lo que pasa;
que Carlitos tiene en casa
toda una juguetería.”

José A. del Valle