Esta Página Marchita....

Tras de pedirle a la Santa
ruegue a Dios porque mi tierra,
hoy del comunismo esclava
y sumida en su tiniebla,
vuelva a marchar libremente
por democráticas sendas
bajo la luz sacrosanta
de la Católica Iglesia,
dejo el templo, y a mi casa
me voy por amplias aceras
cuyos árboles enhiestos,
ayer de copas esbeltas
y lozanas y frondosas
con verdor de Primavera,
y hoy desgarbadas y mustias
y tristes y macilentas
y amarillas y marchitas
y deshojadas y secas,
símbolo son doloroso
de mi desolada tierra:
de esa Cuba ayer alegre,
libre, feliz y contenta
y hoy esclava, triste, mustia,
empobrecida y famélica.

Del cierzo cruel las cuchillas
troncharon las hojas estas
que voy, al pasar, pisando
con terrible indiferencia
a pesar de lo que crujen
y sollozan y se quejan.
La hoz y el martillo impíos
de la gélida Siberia,
troncharon y destrozaron
vidas, familias y escuelas
que fueron, patria querida,
tu esperanza y tu promesa.
Hojas y flores y frutos
del árbol de tu existencia,
y que el comunismo ateo,
calzando su bota gélida,
se complace en pisotear
con criminal complacencia.

Esta página marchita
que el alma mía contempla
y en la que tan claramente
te ve retratada en ella,
me está diciendo, mi patria,
que no es tu desdicha aterna.
Es como si contestando
me hubiese Santa Teresa
diciéndome: "Bardo; mira:
aquí tienes la respuesta:
Así como este paisaje
recobrará su diadema;
así como cada planta
se revestirá de nuevas
y verdes hojas al paso
feliz de la Primavera,
así también, Cuba, y pronto,
volverá a ser de la América
el dorado paraiso,
por alegre, por risueña,
por gentil y acogedora;
y volverá su bandera
a flamear bajo su cielo
con su solitaria estrella;
(símbolo de luz radiante
y de libertad excelsa)
tras de arrancar el cubano
de su triángulo, con gesta
que sacudirá del mundo
la encallecida conciencia,
esa hoz y ese martillo
que son de maldad emblema
y bajo los cuales sufre
la infeliz, hambre, miseria,
persecuciones sin cuento
y vejámenes y afrentas.
Puedes, seguro y confiado,
levantar la voz, poeta,
y decirle: ¡Cuba mía!
levanta tu frente excelsa;
yérguete y enjuga el llanto;
cese tu duelo y tu pena,
¡Ríe! que pronto, muy pronto,
¡volverá tu Primavera!"

José A. del Valle
Paterson, 15 de Oct.
Día de Santa Teresa. De 1962