Libreta 3a.  Pag. 203 - Obra No. 243
En Redondillas ve en los palos de la cruz
un símbolo de dos caminos que, en nuestras
vidas, al cruzarse hacen la cruz.

Obra Nuestra


El símbolo de la Cruz,
que para el pueblo cristiano
es emblema soberano
de redención y de luz,

a más de simbolizar
muchos más dones del cielo
que dan al alma consuelo
de la vida en el bregar,

es la perfecta expresión
del cruce de dos caminos:
uno de anhelos divinos
y de gloriosa ascensión

que tiende a subir, cual ala
sedienta de luz y altura
y que Dios, a la criatura
con dulce amor le señala.

Otro que es horizontal;
tiende a no dejar la tierra.
Caminar por él me aterra
porque simboliza el mal.

Es el primero, de luz:
Para que le obedezcamos
y mejor por él subamos,
murió el Señor en la Cruz.

A cuántos hombres, Dios mío,
esa prueba de tu amor
hecha con sangre y dolor
no les da calor ni frío,

y enamorados del mal,
van sordos, despreocupados,
ciegos y desorientados
por la senda horizontal.

No ven en su desatino
que de ti no han de burlarse:
que algún día han de cruzarse
tu camino y su camino.

Del cruce de tan opuestas
sendas, se forma, Señor,
esa cruz toda dolor
que suelen llevar a cuestas.

Esa cruz abrumadora
tan distinta de tu Cruz.
¡De tu Cruz, dulce Jesús,
que es de deleites aurora!

Haz, Señor, que comprendamos
que nuestra cruz, muchas veces,
con nuestras insensateces
nosotros la fabricamos.

José A. del Valle
A quien me inspiró esta poesía durante
 una cristianísima charla: mi buen amigo
y hermano en Cristo, Juan Gómez