A mi Nieta Violeta,

al cumplir los Quince años.

Hoy, nieta querida,
que entras de la vida
por esa pradera
que es la Primavera
para el corazón;
hoy, tu viejo abuelo
en versos, al cielo
le pide que evite
que el tiempo marchite
tu bella ilusión.

Porque soy poeta,
tu nombre, Violeta,
me habla de una vida
colmada y cumplida
de felicidad:
La paz y ventura
toda criatura
para disfrutarlas
tiene que fundarlas
en santa humildad.

Violeta del Valle:
Difícil que calle
tu abuelo la idea
con que se recrea
al ver y admirar
que valle y violeta,
mi querida nieta,
en bondad se bañan;
humildad entrañan
los dos a la par.

Por eso a tu abuelo
lo colma el consuelo:
Porque el nombre tuyo
es doble capullo
de santa humildad
y vivo cantando
porque voy mirando
mi nieta querida
con el alma henchida
de felicidad.

Con la bendición de tu abuelo, José A. del Valle
San Juan de Pto. Rico, 3 de Sep. de 1975