Ép. y Míst. Pág 49 - Obra No. 11
Ficción Lírico Alegórica


Año Nuevo


A mi más caro amigo Pedro Penabad,
con el mismo cariño que en la niñez.

Ya da el reloj las doce campanadas,
las doce puñaladas
con que el eterno Cronos
al año viejo rematando está;
y son también las recias aldabadas
que en la puerta anchurosa de la vida
el Año Nuevo da.

¡Franca tienes la puerta!
¡Ya está abierta!
¡Entra, esperado niño
que el viejo ya se fue!
Así grita en la sala de la vida
la humanidad henchida
de entusiasmo y de fe.

Entró con firme paso el rubio infante
en el “feliz”instante
en que el viejo murió.
Fue el resurgir glorioso de una aurora
que disipó la sombra aterradora
con que el año caduco nos cubrió.

Y ¿qué es un año nuevo?, me pregunto
al ver nuestro planeta
(que es en la esfera inmensurable un punto)
bogar indiferente
eternamente
por el espacio azul.
¡Una ficción! Los míseros mortales
cubrimos siempre el caliz de los males
de la ilusión con el rosado tul.

¡Una ficción, una ilusión!... es cierto;
mas ¡ah! yo la bendigo porque es puerto
donde carena el alma y se avitualla
de fe en el porvenir,
para seguir un año más bogando
(o hasta sabe Dios cuando)
por el mar del vivir.

¡Oh, rosada ficción! Sí, te bendigo
porque puedo contigo
del más noble ideal marchar en pos:
prometerme a mí mismo vida nueva,
que es divina promesa que se eleva
hasta el trono de Dios.

José A. del Valle
Enero de 1942