Libreta Tercera Pág. 60 - Obra No. 163
Espinela con las que canta lleno de
admiración la belleza del despertar de
toda la naturaleza al amanecer, en
contraste con el hombre dormilón.

Madruga


Observa los pajaritos:
son todos madrugadores.
Observa también las flores:
alegres en sus tallitos
cómo absorben los rayitos
primeros del sol naciente.
Observa también la fuente:
no durmió por madrugar
y darle con su cantar
voz a la noche silente.

Si es alegre la campiña,
lo es por ser madrugadora
y por ornarla la aurora
con su sonrisa de niña.
Todo se alegra y se aliña
dando al alba su canción.
Sólo el hombre dormilón,
indolente y perezoso,
quebranta el himno armonioso
que entona la creación.

José A. del Valle
Madrid, Domingo de Pentecostés
10 de Junio de 1962