Libreta 9a. Pág. 162 – Obra No. 997

Leer

Leer es ir en busca de nuevos horizontes.
Es conquistar las cumbres de borrascosos montes
con las potentes alas  de la imaginación
y descender a valles de plácida belleza
donde la excelsa maga doña Naturaleza
modula en manantiales eglógica canción.

Leer es ir en busca de nuevas emociones
que brotan como flores en otros corazones.
Leer es asomarse de un libro al ventanal,
para extasiarse oyendo la rítmica armonía
de concertados versos que en bella poesía
nos dejan ver del bardo su cálido ideal.

Leer es saturarse de fúlgidas verdades
que en libros nos legaron pretéritas edades.
Y hacer en nuestras vidas con ellas un crisol,
que al alma en él inmersa, la acendre y purifique.
Hacer de cada una fanal que clarifique
nuestra dudosa senda como fulgente sol.

Leer es vivir tiempos ya idos que la Historia
conseva en el archivo sin par de su memoria.
Leer es junto al fuego sentarse para oir
las épicas hazañas que el venerable abuelo
consigue que vivamos de su palabra al vuelo,
y él logra, al relatarlas, volverlas a vivir.

Leer es ir gozando de fabuloso viaje,
llevando entre las cosas que son nuestro equipaje,
el mágico anteojo de la imaginación,
marchando bien seguros de nuestro derrotero,
por ser el que nos guía quien lo cruzó primero
con su atrevida pluma por sólido bordón.

Leer es ver, a veces, como en calidoscopio,
cambiar en muchas almas el asombroso acopio
de ideas, sentimientos, pasiones...cual raudal
que va por los parajes del alma sin cuidarse
de ver que su carrera lo lleva a despeñarse
y hundirse en el abismo de un trágico final.

Leer es, muchas veces, llorar con el que llora;
reir con el que ríe y orar con el que ora.
Leer es para aquellos de dócil corazón,
dejar que de la mano los lleven los que fueron
letrados y maestros y sabios que supieron
poner en sus escritos seráfica intención.

Leer es adentrarse de un monte en la espesura
y en esforzada marcha llegar hasta la altura
donde la docta ciencia nos muestra con fulgor,
las leyes inmutables con que Naturaleza
se viste de colores, de luz y de belleza
para entonar un himno de gloria al Creador.

Leer es, muchas veces, en muchos, por desgracia,
deambular por sendas de error y de falacia
que llevan a los reinos satánicos del mal,
y transformarse en ellos en pérfidas serpientes
que anhelarán con ansia morder en otras mentes
e inocular en ellas el tóxico letal.

Leer es extasiarse mirando el panorama
de célica belleza que el corazón que ama
sincera y castamente, descubre ante el lector.
Allí no ruge el raudo rabión de las pasiones.
Allí sólo se escucha susurro de oraciones
que ascienden a los cielos en alas del amor.

Allí la paz es reina del alma enamorada
de Dios...¡y Dios, por eso, tornola en su morada!
¡Allí todas las fuentes borbotan santidad!
Recorre los senderos, lector, de sus renglones,
para que tu alma pueda bañarse a borbotones
en las azules linfas de la felicidad.

José A. del Valle
Miami, 27 de Nov. de 1985
Día de la Virgen Milagrosa


Nota: En el mes de Julio de 1989, para presentar esta poesía
a un concurso convocado por el Círculo de Cultura Panamericano,
Capítulo de Miami, le agregue la estrofa 8a.