Libreta 7a. Pág.192 – Obra No. 757
En unas Seguidillas con Bordón describe la
lucha interna que tiene el hombre entre
estos, sus 2 inquilinos: corazón y la cabeza 

Lo Que Eres


No olvides, hombre, que eres
apartamiento
y que un par de consortes
te está viviendo.
Y a más, escucha:
estos dos inquilinos
jamás se mudan.

No se mudan y pasan
la vida entera
en dimes y diretes;
en seria gresca.
¡Vaya jaleo
el que tienen algunos
apartamientos!

Corazón y cabeza
(que así se llaman)
son los que a veces tienen
toda la casa
de tal manera,
que en vez de hogar parece
campo de guerra.

Campo de guerra he dicho,
y no exagero.
Eso han hecho del alma
todos aquellos
que no han sabido
tener los dos consortes
bien avenidos.

Es él quien, casi siempre,
crea el problema
y persiste en sus trece,
aun cuando ella,
que es quien razona,
me le diga: “No sigas,
que nos destrozas”.

Porque es aquí al contrario
de toda casa:
El marido obedece;
la mujer manda.
Cuando él gobierna,
no dudemos que al cabo,
todo se pierda.

Pero, si se da el caso
en que la testa
tan distraída vive
que desgobierna
y él obedece,
no quedan de la casa
¡ni las paredes!

En cambio, cuando es ella
mujer sensata,
y él un marido humilde
que no rechaza
cuanto ella diga,
porque vio en ella siempre
la mujer digna,

entonces serás, hombre,
no apartamiento,
sino copia perfecta
del santo cielo,
ya que Dios mismo
querrá vivir con ellos...
¡y bendecirlos!

José A. del Valle