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Libreta 6a. Pág. 218 - Obra No. 580
Trata de enseñar al  joven cómo crear el
silencio interior y con él ganar su riqueza.

Silencio Interior


Si eres joven, lector, dificilmente
darás oídos a la voz de un viejo.
Por eso, y porque sé que las palabras,
aunque sean de peso,
tan poco pesan que, cual humo leve
las zarandea y se las lleva el viento,
recurro a la escritura
y en el papel escritas te las dejo.
Y te las dejo escritas
porque bien sé que el tiempo
las sabrá respetar para que un día,
cuando llegues a viejo,
las tengas como norma de tu vida,
igual que yo las tengo.

Yo, como tú, fui joven
y gocé con el ruido y el estrépito;
pero los años; esos consumados
y perfectos maestros,
con duras experiencias me enseñaron
a sumergirme todo en el silencio.
El silencio de fuera
y el silencio de dentro.
El silencio que a veces nos rodea
y el interior; el que crear podemos
acallando pasiones y frenando
la loca de la casa en sus ensueños.
Si al de fuera no puedes sustraerte
por razón de bregar por el sustento,
el de dentro sí puedes conseguirlo.
¡Fabrícate el de dentro!
Mata rencores, odios, ambiciones;
acalla el grito enérgico del sexo;
no dejes que la loca fantasía
te lleve por prohibidos derroteros;
los agravios sufridos
haz que los cubra del perdón el velo,
y verás cómo el alma,
porque Dios ha bajado a tu silencio,
se llenará del gozo y la alegría
y la paz de los cielos.

José A. del Valle
San Juan de Puerto Rico 8 de Enero de 1977