A mi nieta Violetica al cumplir su 

primer año.

Un año cumples de vida.
¿Cuántos te dará el Señor?
No importa cuántos, mejor
que señalarle medida
a la vida, es que vivida
sea en santa paz y amor.
La vida tiene valor
cuando bien con Dios se porta
aunque resulte más corta
que la vida de una flor.

Y eres una flor, Violeta,
símbolo de la humildad;
y si es ésta la verdad,
según una santa asceta,
sé siempre humilde, mi nieta.
Te lo pide quien vivió
de modo tal que olvidó
lo que te está aconsejando;
pero que lo está palpando
porque el Señor lo humilló.

El jardín en que te abriste,
Violeta de mis amores,
tiene otras dos bellas flores
con las que el Señor lo viste.
Un jardinero lo asiste
con sus paternales manos.
No hagas sus esfuerzos vanos
ni su empeño baladí;
que quieren mirarse en ti,
él, tu madre y tus hermanos.

José A. del Valle