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Libreta 4a. Pág. 11  -  Obra No. 286 –
En Décimas agradece al Papa actual el haber
proclamado a Pablo Patrono de los Cursillos y con
férvida elocuencia aclama al Santo y sus Cartas
modelo del cursillista en la conquista de las almas.

A San Pablo, Patrono de los Cursillistas


Al Rvdo. Padre Estanislao Chang, a cuya
iniciativa se deben estos versos.
Filialmente en Cristo,
José A. del Valle.
¡Santo Apóstol de las gentes!
El Pontífice reinante,
de los Cursillos amante,
con palabras elocuentes
a la par que reverentes,
nuestro Patrono os nombró.
La Iglesia toda vibró
de entusiasmo al escucharle,
porque con ello, asestarle
un golpe a Satán logró.

Y ¿cómo no va a vibrar
de entusiasmo y de alegría
la Iglesia desde ese día
en que escuchó proclamar
vuestra figura ejemplar
como Patrono y modelo
de esta legión cuyo anhelo
es ver si el mundo conquista,
y haciéndolo cursillista
logra transformarlo en cielo,

si sabe que siendo vos
quien nos rige y quien nos guía,
haremos la noche día
para la gloria de Dios,
porque de vos yendo en pos,
que sois sol de apostolado,
nuestro corazón trocado
en otro sol quedará,
y el nombre de Dios será
por todos glorificado?

Las cartas vuestras serán
nuestra espada y nuestro escudo;
y en este combate rudo
con el mundo y con Satán,
la victoria nos darán
porque en todas ellas late
contra el error y el dislate
contra el odio y la maldad,
fe, esperanza y caridad,
que son triunfo en el combate.

Vuestras cartas son tan bellas
y tal fuente de consuelo,
que es la misma voz del cielo
la que repercute en ellas.
Son refulgentes estrellas
de ciencia y piedad abismo,
cuyo fulgor de Dios mismo
que quiso en ellas morar
para hacerlas luminar
del cielo del cristianismo.

Seriamente os prometemos
que vuestras cartas serán
impulso de nuestro afán;
porque las estudiaremos
al par que de ellas haremos
nuestro código de vida
que el paso cierre e impida
en nuestras almas al mal,
y nos dé sobre Belial
franco triunfo en la partida.

Si vuestras cartas están
ungidas con santo fuego,
de nuestra vida en el juego,
cartas de triundo serán.
Ellas, al fin, nos darán
sobre el mundo la victoria.
Ellas, de Dios para gloria,
dejaron santificadas
y dignamente aureoladas
las páginas de la Historia.

Sí; que cada cursillista
un nuevo Pablo será
que al mundo se lanzará
del hermano en la conquista.
Y nada habrá que resista
nuestros sagrados furores
y apostólicos ardores;
que es nuestra santa intención,
no dejar ni un corazón
sin pintarlo de colores.

José A. del Valle

Paterson, 25 de Abril de 1964