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Libreta 3a. Pág. 297 - Obra No. 269
En Décimas pide en especial a los
puertorriqueños pinten su isla de los Colores del
Cursillo, para que el comunismo no se la trague
como por desgracia le sucedió a Cuba


A los Nuevos y a los Viejos,

y en especial al los puertorriqueños cursillistas.

(En la clausura del Cursillo XIII)


Ya la alegre Navidad
está tocando a la puerta,
y tenéis ya el alma alerta
para decirle: pasad.
Ya su espiritualidad,
por mil divinas razones,
os dio el mayor de sus dones.
¡Sí! que ya Cristo también
igual que nació en Belén,
nació en vuestros corazones.

El pecado y su malicia
os hizo, hasta ayer, del diablo;
y érais igual que un establo
saturado de inmundicia.
A ese establo, la delicia
de los cielos descendió,
cuando vuestra alma lavó
con sus lágrimas, lo inmundo:
igual que bajó a este mundo,
Cristo a vosotros bajó.

Está en vosotros dormido;
dulcemente reclinado.
Ahora bien, tened cuidado
con tanto, mundano ruido.
Ese que hasta ayer ha sido
quien de Dios os apartó;
ese que, cuando cesó,
al envolveros la calma,
pudo hablarle Dios al alma
y el alma a Dios se rindió.

Cursillistas que volvéis
con el alma de colores;
que hoy el pesebre con flores
adornado lo tenéis;
cuando a Jesús despertéis,
no empleéis ruidos mundanos:
poned en El vuestras manos
y gritadle así, con brío:
ayúdame, Jesús mío,
a salvar a mis hermanos.

Hoy lo he despertado en mí:
le he dicho: Jesús, despierta;
ven, mantengamos alerta
a tantos que están aquí.
Y...como dice que sí
a todo aquel que lo invoca,
mi inspiración, pobre y poca,
a nada habrá de temer:
sabe que El ha de poner
las palabras en mi boca.

Prestadle, pues atención
a este cubano ya viejo,
que os quiere dar un consejo
junto con su corazón.
Mi cubana inspiración
quiere en tan glorioso día,
lograr con la poesía,
que vuestra tierra natal
no sufra el terrible mal
que hoy sufriendo está la mía.

Mirad mi Cuba querida:
ayer, de belleza angélica;
hoy, destrozada, famélica,
desgarrada y desnutrida.
Ayer emporio de vida,
y hoy de muerte y de dolor.
Ayer espejo de amor;
hoy de odios y de envidia,
por obra de la perfidia
del comunismo traidor.

Cuba y Borinquen han sido
por católicas e hispanas,
dos jubilosas hermanas
que siempre bien se han querido.
Que cuidéis, por eso os pido,
a Borinquen y sus galas,
de las comunistas balas.
Nunca olvidéis la canción:
“Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas”.

Es vuestra tierra tan bella,
que no dudéis, mis hermanos,
que los marxistas tiranos
quieran quedarse con ella.
De su bandera la estrella;
vuestra estrella, yo diría,
cuidad que no vaya un día
a eclipsarse su fulgor
por el odio y el dolor,
como se eclipsó la mía.

Pero es que sois cursillistas
bien pintados de colores.
No hay miedo, pues, ni temores
al mundo y los comunistas.
No temáis a sus conquistas:
Si hoy Cuba está sojuzgada
por la táctica taimada
del comunismo traidor,
fue por falta de color;
fue por no estar bien pintada.

No olvidéis, pues, la lección
que a manera de consejo,
os deja un cubano viejo
junto con su corazón.
Si tenéis la obligación
de ofrecer a Dios loores,
no los hallaréis mejores
que pintando a Puerto Rico,
desde el más grande al más chico...
¡de colores! ¡de colores!

Paterson, 22 de Dic. De 1963