Libreta 8a. Pág. 131 – Obra No. 845
Con Tercetillos encadenados con Cuartetas anima al pobre a
confiar en Aquel, el que más tiene, el que más puede y más le ama

Eres Su Hijo


Si eres un pobre hombre
como hay millones,
que imploran el socorro
de esos señores
que mucho tienen
y que a nadie socorren
porque más quieren,

si vives marginado
porque no vistes
como algunos magnates
suelen vestirse,
y con desplante
por encima del hombro
suelen mirarte,

no te amilanes, hombre,
no te amilanes
ni te aflijas por eso,
que Dios es grande
y eres su hijo.
Nunca dudes, buen hombre,
de su cariño.

¿Por qué a los cicateros
pides ayuda
cuando tienes un Padre
todo ternura,
siempre dispuesto
a escuchar bondadoso
tu humilde ruego?

Siempre dispuesto, dije,
porque supongo
que tú también lo escuchas,
que no eres sordo.
Es que le agrada
que todos lo escuchemos
cuando nos habla.

A los sordos, a veces,
suele escucharlos
cuando están infelices,
desesperados.
A veces, digo,
no esperemos, por tanto,
siempre lo mismo.

Por eso hay muchos, muchos
que se lamentan
de que Dios no les oye,
y es que no piensan
que Dios se enfada
cuando ve que sus hijos
le dan la espalda.

Si tenemos un Padre
todo ternura,
a escucharnos dispuesto,
si se le escucha;
que a más de santo
es todo poderoso
¡nada temamos!

José A. del Valle
Miami 7 de Julio de 1983