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Libreta 8a. Pág. 129 – Obra No. 844
Construye una imagen, con una serie de Pareados asonantados,
con la que nos prepara para el día del Juicio particular, dando por
hecho el Sacramento de la Reconciliación, del que él fue gran amante

Grabadora Espiritual


No es otra cosa el hombre que grabadora
con una buena cinta magnetofónica
que todo cuanto hagamos lo va grabando:
nuestras obras laudables, nuestros pecados.
Hasta la más inútil de las palabras
lo registra esta cinta. ¿su nombre? Alma.
Procura, pues, buen hombre, grabar en ella
bienhechoras acciones, palabras buenas,
gestos nobles y bellos, francas sonrisas
que ejemplares resulten para otras vidas.
Nunca el chiste indecente grabes en ella;
mira que te la mancha, que te la afea.
Sonríele a la vida, que el entusiasmo,
si tú lo manifiestas, lo vas donando.
Graba también en ella santa alegría;
la que regala Cristo, no la ficticia
que este pícaro mundo les da a los hombres
sedientos de placeres, fama y honores.
Nunca jamás en ella grabes el odio,
que es el fétido aliento de los demonios.
Que todo cuanto grabes en ella vaya
de la unción saturado de una plegaria
y de un amor tan puro que a todos diga
que Cristo, con voz tuya, grabó tu cinta.

Si en todas las mecánicas grabadoras
aquel que las maneja lo impreso borra,
también hombre, tú puedes todo lo malo,
si de ello te arrepientes, dejar borrado.
El hombre, no lo olvides, es grabadora
y su alma la cinta magnetofónica
que ha de oir Jesucristo para juzgarlo
tras esta vida breve que le ha prestado.

Pido a El que a tu cinta, después de oirla
la lleve al reino eterno de su alegría.

José A. del Valle
Miami 12 de Julio de 1983