Buena Nueva

Al Evangelio, la voz de Cristo,
¿porqué le llaman la Buena Nueva,
cuando hace siglos que va rodando
sin tregua alguna sobre el planeta,
y con las luces de sus verdades
iluminando las almas nuestras?
Jamás en eso pensado había.
Buena pregunta. Tiene respuesta.
Una respuesta que, por desgracia,
es tan terrible como tan cierta.
Son muchas almas las que, atraídas
por la voz dulce de esas sirenas
que llaman lucro, poder y fama,
sordas a todo, menos a éstas,
van por la vida con locas ansias,
por cualquier medio, de poseerlas,
y hay que explicarles y repetirles
y hasta gritarles: ¡Que es Buena Nueva!
¡Oigan! Escuchen! ¡No las desprecien;
que son palabras de vida eterna!
Así es que clama, por salvar almas,
ha veinte siglos la santa Iglesia.
Y, aunque son muchos los que la escuchan,
quedan bastantes que la desprecian.
Y aunque, por madre, se desgañite
diciendo: ¡Hijitos! ¡Es Buena Nueva!...
son, para aquello que atañe al alma
más que una tapia, duros de orejas.

José A. del valle
Miami, 28 de Sep. de 1979