Libreta 7a. Pág. 142 – Obra No. 726
Invita a la oración y saca de una flor
una bella imagen para el alma  

Habla con Él


Toda flor se marchita y languidece
si no la besa con su luz el sol.
El hombre es árbol al que Dios le ha dado
solamente una flor.
Una flor que su mano cariñosa
del jardín de los cielos la arrancó
para dárnosla y darnos al hacerla
su felice morada, el sacro don
de una célica vida.
¡Hombre! ¡Cuida tu flor!
Jamás la dejes marchitarse. Exponla
a la luz divinal de la oración,
que es ella, para el alma,
vivificante sol.
Habla con ese Dios que está a tu lado;
que es el Dios del amor.
Habla con El, que vive suspirando
por escuchar tu voz.
Habla con El y dile: Jesús bueno,
eso que anhelas Tú, lo anhelo yo,
y déjalo que oculto en Hostia Santa
baje a tu corazón,
para que veas en sagrado fruto
transformada tu flor,
por realizarse en ti la maravilla
de ser uno con Dios.

José a. del Valle
Miami 27 de Sept. de 1979