Libreta 8a. Pág. 175 – Obra No. 874
Romance que invita al arrepentimiento inmediato y verdadero
que prepara al Sacramento del que él era amante fiel.

¿Pecaste?


¿Pecaste? ¡Sacude el alma
con el arrepentimiento:
Que, de idéntica manera
que avienta el grano el labriego
para que la leve paja
se vaya en alas del viento,
de la oración en las alas
se irá ese polvo maléfico
que robole al alma el brillo
con que la adornara el cielo.

¿Pecaste? ¡levanta el alma
con el arrepentimiento!
¡No la dejes ni un instante
sumida en fétido cieno!
Arrepentirse es clamar
a Dios, el perdón pidiendo.
Es fabricar una escala
que, estribando sus largueros
donde nos dejó el pecado:
(en el borde del infierno)
ascienda el alma por ella...
¡hasta la puerta del cielo!

José A. del Valle
Miami, 6 de Nov. de 1983