Libreta 7a. Pág. 195 – Obra No.758
En unas Seguidillas con Bordón nos dice la razón
por la que él sabe muy bien cuál es su Estrella Polar

Sólo Hay Una


En el mar de mi vida
soy marinero,
y ansío, como todos,
llegar al puerto.
El que yo ansío
es aquel en que alegre
me espera Cristo.
Nada al destino temo
“aunque es de noche”
y aunque miles de estrellas
con resplandores
falsos me digan
que me oriente por ellas,
que ellas me guían.

Yo sé, porque soy nauta
bastante viejo,
que sólo hay una estrella
que lleva al puerto.
Las demás, quieren;
tienen muy noble empeño,
pero no pueden.

No pueden por faltarles,
por la distancia
a que se hallan del Norte,
la santa gracia.
Ese fulgor divino
que la Polar ostenta
por ser de Cristo.

La Polar es aquella
que desde Roma
hace ya dos mil años
que nos exhorta
a que llevemos
la barquilla del alma
por ella, al puerto.

Tú, que vas en tu barca
junto a la mía,
por este proceloso
mar de la vida,
no olvides nunca
que Polares no hay tantas.
¡Que sólo hay una!

José A. del Valle
Miami, 23 de Sep. de 1980