Libreta 8a. Pág. 9 – Obra No. 770
En un Romance, después de  describir la Vida que hay en el alma
del que ha comulgado, se entristece por aquel que habiendo comulgado,
desparrama  muerte con su proceder.


¡Comulgaste!


-¿Comulgaste?  ¡Comulgué!
-¡Cuánta gloria! ¡Cuánta dicha!
La mayor de las venturas.
La mayor de las delicias.
Comulgar es transformarse
en una santa reliquia.
Es transformarse en sagrario.
Es deambular por la vida
con luz de amor en el alma;
con una aurora divina
que va con su luz gloriosa,
desparramando alegría.
Pero, alegría cristiana;
no la alegría maligna
de los tantos, ¡infelices!
que deambulan por la vida
desparramando tinieblas
de impurea y de lascivia,
con el chiste y con la charla
con que hieren y lastiman
las almas que en la pureza
cifran su paz y su dicha.

No olvides que comulgaste,
y que si en ti va la Vida,
no debes desparramar muerte
con alegría maligna.

José A. del Valle
10 de Enero de 1982