Al Dulce Nombre de Jesús

Es tanta la poesía
Jesús, que tu nombre encierra;
es tan grato a los oídos
y al corazón, que la lengua
se complace en pronunciarlo
como aquel que saborea
la golosina más rica
que puede haber en la tierra.
Es tu nombre, Jesús bueno,
fontana de la belleza;
Que lleva la humanidad
dos siglos bebiendo en ella
la inspiración para el arte;
para esa sublime lengua
con que alborozada canta
no sólo tu gloria excelsa
y ese tu mensaje santo
que con sencilla elocuencia
nos dejaste como norma
de vida que al Padre lleva
y que, a pesar de lo tanto
que lo repite tu Iglesia,
algo nuevo siempre en él
hallamos que nos deleita,
sino que además Dios mío,
amorosa te reitera
la gratitud que te debe
por lo que hiciste por ella:
Ofrecerte en sacrificio
para darle vida eterna.

Ante tanta poesía
que tiene, Jesús, tu nombre
por ser nombre del Dios-Hombre,
con júbilo exclamaría:
“Con sublime inspiración,
con elocuencia no poca,
San Bernardo, has emitido
esta bella afirmación:
“Jesús es miel en la boca,
melodía en el oído,
júbilo en el corazón.”

José del Valle
S. Juan de Pto. Rico, 28 de Nov. de 1976