Libreta 9a. Pág. 82 – Obra No. 932
Si Deseáis Ser Felices
Un día...¡bendito día!
Me postré frente al sagrario
y así clamé a Jesucristo,
(abrumado por el fardo
imponderable y terrible
de mis malditos pecados)
“¡quítamelo de la espalda!
Que a más de pesarme tanto,
la contrición y la pena
también están gravitando
sobre donde más me duele.
¡Sobre el alma! Doblegado
por el fardo y por la pena
mírame a tus pies llorando.”
Y, sacando Jesucristo
del sacrosanto sagrario
(hechas de luz unos fasces
sus sacratísimas manos)
alzó con ellas en vilo
de mis pecados el fardo;
lo lanzó al mar insondable
de su olvido, y, colocando
su diestra sobre mi frente,
logré escuchar que sus labios
musitaron a mi oido:
“Vete en paz”. Alborozado
y de paz y de alegría
repleta el alma y cantando
voy desde entonces...y gozo
diciéndole a mis hermanos
que escucho gemir, al peso
de la culpa doblegados:
Si deseáis ser felices...
¡postraos ante el sagrario
y pedidle a Jesucristo
que con sus divinas manos
hunda en el mar de su olvido
de vuestras culpas el fardo!
Miami, 10 de Sep. de 1984
Me postré frente al sagrario
y así clamé a Jesucristo,
(abrumado por el fardo
imponderable y terrible
de mis malditos pecados)
“¡quítamelo de la espalda!
Que a más de pesarme tanto,
la contrición y la pena
también están gravitando
sobre donde más me duele.
¡Sobre el alma! Doblegado
por el fardo y por la pena
mírame a tus pies llorando.”
Y, sacando Jesucristo
del sacrosanto sagrario
(hechas de luz unos fasces
sus sacratísimas manos)
alzó con ellas en vilo
de mis pecados el fardo;
lo lanzó al mar insondable
de su olvido, y, colocando
su diestra sobre mi frente,
logré escuchar que sus labios
musitaron a mi oido:
“Vete en paz”. Alborozado
y de paz y de alegría
repleta el alma y cantando
voy desde entonces...y gozo
diciéndole a mis hermanos
que escucho gemir, al peso
de la culpa doblegados:
Si deseáis ser felices...
¡postraos ante el sagrario
y pedidle a Jesucristo
que con sus divinas manos
hunda en el mar de su olvido
de vuestras culpas el fardo!
Miami, 10 de Sep. de 1984
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