Para Poder Sentirte

Al que quiera escucharte, Dios eterno,
le basta contemplar la Creación.
Tu voz está en el mar; está en la brisa;
de la fuente en el plácido rumor;
en la rauda cascada cuyas aguas
se tornan plata con la luz del sol;
en las linfas del río que al mar corre
y que del mar salió.
En la canción del viento en los pinares;
en el raudo turbión;
en el árbol, el valle, la montaña;
en todo está tu acento arrobador.
Hasta en ese silencio de la noche
con que sabe callar la Creación.
Y...¿por qué? No lo sé; pero es en ése
donde más y mejor te escucho yo.

Para oirte nos bastan los sentidos;
puertas por las que el alma y la razón
contemplan el paisaje de la vida;
para sentirte, no.
Sentirte es arrobarse y extasiarse
con la luz increada de tu amor.
¡Para poder sentirte hay que llevarte
dentro del corazón!

José A. del Valle
S.J. De Pto. Rico, 13 de Mayo de 1976