Home > Sus Poesías > Poesías de Ocasión > Aplauso Eterno
Libreta Segunda Pág. 229 - Obra No. 125
De forma jocosa reconoce y agradece la
caridad y desinterés que el homenajeado ha
dispensado a los enfermos sin recursos.

Aplauso Eterno

Estos que a tu mesa estamos,
discípulo de Galeno,
y que estamos por creer
que estamos sanos y buenos;
que el apetito es, sin duda,
índice de que está el cuerpo
con todas las piezas sanas
y sin ningún desperfecto...
No sé que dirá la ciencia,
mi amigo, de todo esto;
no sé si será verdad,
pero como lo creemos,
es lástima que se pierdan
estos platos suculentos
que preparó Cofiñal,
y no es anuncio, lo advierto
no vaya alguno a creer
que tengo, al pagar descuento.
No señores, yo he pagado
como todos, peso y medio.
Digo que están estos platos
como para este momento;
como para este homenaje
que en justicia te debemos
por ser, González, lo que eres:
de desinterés ejemplo.
Estos que a tu mesa estamos,
discípulo de Galeno,
venimos a darte gracias
¡y de qué modo! ¡comiendo!
Dando muestras de salud;
¡así es como se honra al médico!
No achacoso y desganado
y con la cara de un muerto;
que eso en vez de homenajearlo,
lo que hace es darle descrédito.
Estos que a tu mesa estamos,
discípulo de Galeno,
venimos a darte gracias
como mereces: ¡comiendo!
Venimos a darte gracias
en nombre de mil enfermos
que atendiste como un padre
en el Dispensario nuestro,
y que si no están aquí,
no es porque se estén muriendo;
que el apetito les sobra;
lo que les falta es dinero.
Pobres de solemnidad
que no tienen peso y medio
y que si a sentarlos vamos
pagando nosotros, ¡bueno!
no caben en Cofiñal,
porque son mil nada menos;
ni caben en Cofiñal...
¡y son milquinientos pesos!
Por eso estos cuatro sanos
en nombre de mil enfermos,
venimos a tributarte
lo que en verdad te debemos:
este sentido homenaje
que es de gratitud ejemplo
y también lo es de apetito
que ha quedado satisfecho.
Por eso suplico a todos
que ya que estamos repletos
y nos sobran energías,
aplaudamos al Galeno;
que por su bondad sin límites;
su desinterés extremo
y su caridad en Cristo,
¡merece un aplauso eterno!

Escrita para mi buen amigo y hermano en Cristo,
Rogelio González, con motivo del día del médico.
 Cordialmente ,  José del Valle