A  Teresita  Hernández y a Alfonso Berríos

Teresita y Alfonso: ¡Enhorabuena!
Que esta amorosa unión de dicha plena
la bendición de Dios la santifique
que se hagan realidad vuestros anhelos;
que os concedan los cielos
como amorosa prenda,
la gracia de lograr que vuestra senda
todos se purifique.

Yo sé lo que anheláis y sé que Cristo
no frustra las mejores intenciones;
que los de recto corazón consiguen
todo cuanto persiguen
porque el cielo les da sus bendiciones.
No penséis que son sueños
ilusorios por bellos y halagüeños
los que acarician vuestros corazones;
hay que soñar; el hombre que no sueña
ése jamás se empeña
en transformar su enoñación en dones.

Hay que soñar; sí, sueñen,
que es vuestra hora de soñar, ahora.
Mañana, mis amigos, no se empeñen
en soñar, que mañana será tarde.
Los sueños se realizan
cuando más nos hechizan;
cuando la llama del amor más arde.

Y esa llama de amor es hoy tan viva,
tan fuerte y tan activa,
que no hay temor a que a apagarla llegue
la más recia galerna.
Sueñen y ya verán cómo consiguen
lo que con tanto afán y amor persiguen.
¡Una luna de miel de luz eterna!

José A. del Valle
San Juan de P. Rico 29 de Dibre. De 1973