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Libreta Segunda. Pág.213 - Obra No. 122
Canta de forma elocuente con una Sexta Rima
el regocijo del pueblo, y con ella también
implora a la Virgen que proteja a la patria.

A Nuestra Señora de la Caridad del Cobre


Con motivo del Congreso Católico Nacional

Ya se encendió la antorcha del Cobre en el santuario
con esa luz que a Cuba de modo extraordinario
le señala las rutas del amor y la paz;
y las campanas todas repicaron gozosas;
y las almas cubanas se trocaron en rosas;
y de la Patria augusta se iluminó la faz.

Y comenzó en Oriente del Maratón la prueba
a manera de aurora que en sus entrañas lleva
la luz que en claro día la noche trocará;
y ya va la campiña cubana iluminando;
ya ciudades y pueblos con su luz va besando;
ya el Yumurí traspuso; ya en nuestra Habana está.

Ya es sol del mediodía que alumbra y reverbera
y abraza y quema todo, cual si fundir quisiera
los corazones todos en sólo un corazón.
Es que la Virgen buena tras la antorcha ha venido:
dejó por unos días su santuario querido
para darnos su santa maternal bendición.

¡Escúchanos, María! que Cuba está de hinojos
ante tu excelsa imagen y fija en Ti sus ojos
para pedirte, Madre, consolides su paz;
que sus hijos, en Cristo se amen más cada día;
y que escuchen y sigan, sacrosanta María,
de la Iglesia gloriosa la palabra veraz.

¡Virgencita del Cobre! Tu mirada amorosa
como lluvia fecunda vivifique la rosa
del amor, que la guerra sin piedad marchitó.
Vuelve a Cuba, María, con amor la mirada
para hacer que la patria y su enseña preciada
nunca pierdan la gloria con que Dios las ornó.

¡Virgencita del Cobre! Mira a Cuba: En Ti fijos
tiene, Madre, los ojos y te entrega sus hijos
a la par que a tus plantas, con beatífica unción;
hecha flor de plegaria, te repite: María!
Que tu dulce ternura, celestial poesía,
le devuelva a este mundo la perdida razón. 

José A. del Valle
28 de Noviembre de 1959