Al Vocero Guanajayense

Vocero, nuestra alegría
es muy grande al recibirte,
y es mayor cuando, al abrirte
nos llevas la fantasía
a gozar la poesía
que en la patria chica hay;
tanto, que exclamo: ¡Caray!
¿Podrá haber quien a decirme
se atreva y a discutirme
que no estoy en Guanajay?

Con qué alegría y placer
vemos aquellos rincones
que en tus páginas expones
de nuestra villa de ayer.
Y nos parece volver
a vivirlos, a pasearlos
y volver a contemplarlos
con las dulces alegrías
de aquellos felices días
en que pudimos palparlos.

Si las fotos contemplamos
de amigos y conocidos
o familiares queridos,
yo no sé por qué soñamos
que con ellos conversamos.
Y si es la foto querida
de quien paso por la vida,
nos embarga la emoción
y levanta el corazón
por él oración sentida.

Si en página evocadora
de nuestra villa el pasado
nos lo deja retratado
nuestro amigo Miguel Mora,
surge en el alma una aurora
de feliz evocación
por arte de la ilusión,
y a pesar de la distancia,
su juventud y su infancia
las revive el corazón.

Sigue, Vocero, cantando
las cosas de nuestra villa,
que nos place a maravilla
seguir con ella soñando.
Sigue también demostrando
que eres de cultura fuente,
para que perennemente
pueda Guanajay gloriarse
de ser digno de llamarse
nuestra Atenas de Occidente.

José A. del Valle
Miami, 14 de Agosto de 1980