Lib. 5a. Pág. 80  -  Obra No. 425
Con una bella imagen y en un Romance, contempla
el prodigio de la unión mística del hombre con Dios
 

Sólo  Tú  

Obseva cómo se juntan
en el lejano horizonte
cielo y tierra. Mar y cielo;
que en la playa es desde donde
vemos mejor este abrazo
que no hay niño al que no asombre
y que es un símbolo exacto
de las falsas religiones.

Jamás el cielo y la tierra
se unen en el horizonte.
Jamás en él tierra y cielo
se dan abrazo tan noble.
Jamás ha de ser posible
que los falsos credos logren
que cielo y tierra se junten,
por mucho que lo pregonen.
Sólo la Iglesia de Cristo;
la que tiene por pastores
los que siguieron a Pedro...
sólo, tú, madre, dispones
del tesoro de la gracia
que torna el alma en albores.
Por ella y sólo por ella
logras lo que te propones:
¡Que cielo y tierra se abracen
en el corazón del hombre!

José A. del Valle
San Juan de P. Rico, 1o. De Junio de 1972