Colaboremos

Dios hizo el mundo en seis días
y el séptimo descansó.
Moises así nos lo cuenta;
y si lo crees, lector,
al igual que yo lo creo,
ya tenemos fe los dos.
Fe que nos dará energía
y dinamismo y vigor
para continuar la empresa
que nuestro Padre, el buen Dios,
no quiso término darle
porque quiso que tú y yo
colaborásemos juntos,
con El, en la creación
de este universo sublime
fruto sólo de su amor.

Si fue del amor la fuerza
quien hizo lanzar a Dios
aquel “hágase” terrible
que el universo creó;
y aquel “hagamos al hombre”
también lo dictó el amor
y hoy nuestro Padre descansa...
no por extenuado, no;
sino porque espera ansioso
tu labor y mi labor,
demos muestras de que somos
hijos dignos de ese Dios.

Que el ideal que nos mueva
sea el de la perfección;
que en nuestras obras palpite
la belleza de la flor,
que es esperanza y promesa
de fruto en plena sazón.
Vivamos y laboremos
de modo tal, que los dos,
cuando le rindamos cuenta
podamos con santa unción
decirle así: Padre nuestro,
aquí está nuestra labor:
Hemos en ella volcado
alma, vida y corazón.

En ella late esa fuerza
que en tu voluntad actuó
cuando creaste los mundos;
esa fuerza, santo Dios,
que al barro, al mísero barro,
en Adán lo transformó.
Esa fuerza que es tu fuerza:
el amor. ¡Sólo el amor!

José A. del Valle
San Juan de Pto. Rico 27 de Nov. de 1969