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Libreta Segunda  Pág. 247
Obra No. 130 – Décimas con las que canta,
estremecido de emoción, a la tierra de su padre,
a su belleza natural y a la nobleza de su gente.

Al Monte Sueve y a su Bello Rincón Paraes

Escrito para mi primo Sabino del Valle,
tal como digo: llorando.
1
Primo del alma: aquí estoy
del Sueve a mitad de altura,
contemplando su estatura
y lo pequeño que soy.
En verso a decirte voy
cuánto tu tierra me inspira;
por eso pido a mi lira
le de su acento mejor,
y su entusiasmo y calor
a la décima guajira.

               2
Primo:  te escribo llorando.
Llorando, sí, por pensar
que no puedas contemplar
lo que yo estoy contemplando.
Que no vayamos cantando
juntos por una "caneya" ; (1)
que ésta tu patria tan bella
no la podamos mirar
juntos los dos, y a la par
dar gracias a Dios por ella.

               3
Primo: jamás concebí
que fuese tan bella España.
¡Cuánto sobre ella se  engaña
quien no la contemple así
como yo, que estoy aquí!
Sí; quien pretenda mirarla
desde fuera y contemplarla
con ilusoria visión,
con todo su corazón
no podrá jamás amarla.

               4
Aquí estoy, pues, contemplando
de la Bárcena, Braniella;
esa porcioncita bella
donde viven laborando
a la par que a Dios amando,
seres que amamos los dos;
seres que del bien en pos
van un día y otro día,
y amasan con alegría
la "boroña" que da Dios.

               5
Con el corazón también
miro el Canto del Acebo;
pues, de él en el alma llevo
aun más de emociones cien.
Los ojos del alma ven
cómo mi padre reía
cuando, de niño, vivía
bajo su recia techumbre;
cómo al amor de su lumbre
se solazaba y crecía.

               6
Aquí en Paráes, mirar
es pasearse por el valle;
es no perder un detalle;
es esponjarse y gozar.
Es sentir el palpitar
de la vida de allá abajo:
Cada surco, cada atajo,
cada senda retorcida
es boca con que la vida
entona un himno al trabajo.

               7
Cómo gozo al contemplar
las aldeas y poblados
que duermen desparramados
sobre este valle sin par.
Son tantos, que son...¡la mar!
(dicho de vulgar manera)
Cereceda, la Piñera,
Sevares, Moñes, Cofiño...
unidos por el cariño
de una bella carretera.

               8
Lanza el astur su canción
rindiendo honor al trabajo;
y al cantar los de allá abajo
ponen alma y corazón.
Mas, los de arriba no son
remisos para cantar:
también aquí saben dar
su nota con las dos manos;
también aquí tus hermanos
no hacen más que "trabayar".

               9
Aquí también se labora
por engrandecer a España;
aquí también la guadaña
corta por trabajadora.
Aquí se trabaja y ora
con piedad y con afán.
Aquí las gracias se dan
a Dios, y jamás muy cortas,
por las tortas, si da tortas,
y por el pan, si da pan.

              10
Por ser Sueve extraordinario;
de visión tan amplia y longa,
la Virgen de Covadonga
nos ve desde su santuario.
A Ella le pido un rosario
para tí, de bendiciones;
que desparrame sus dones
del mundo sobre la faz,
y que de Cristo la paz
inunde los corazones.

José A. del Valle

Paráes (Asturias)  Julio 5 de 1960    
Nota: Caneya y no caleya; ya que
aquí me refiero a un camino rural,
y caleya es sinónimo de calleja.