Libreta segunda. Pág.141 - Obra No. 109
Elegía en una Silva con la que canta los valores
de un héroe de la patria cubana,  con cuya
muerte el 30 de Sep. de 1930, se inició una
etapa revolucionaria en contra del dictador Machado.

A Trejo


¿Por qué la enseña de la amada patria
ornada está con fúnebres crespones?
¿ Por qué lloran tus hijos, Cuba mía,
cuando siempre la flor de la alegría
perfumó sus ardientes corazones?

¿ Por qué, como una triste Dolorosa,
suplicante y llorosa,
mustia la frente, la cerviz rendida,
vas, Cuba idolatrada,
por la áspera jornada
del calvario sin treguas de tu vida?

¡Oh, mater dolorosa!
Que lloras sin consuelo
la muerte de tu hijo idolatrado;
¡de Rafael! ¡de Trejo! aquel valiente
de alma espartana y corazón templado;
aquel indomable adolescente
que sintiendo en su pecho inmaculado
repercutir el sacrosanto grito
de libertad sublime
que tú; patria adorada,
lanzabas noche y día
con la más noble entraña desgarrada
por la zarpa de horrible tiranía,
se lanzó enardecido,
esgrimiendo la espada del derecho,
a conquistar tu libertad perdida,
y cayó desplomándose en tu pecho
con el fogoso corazón deshecho
por mano fratricida....
¡ calma, madre, tu llanto
calma tu pena un tanto
y el turbión de suspiros y gemidos
que oprimen tu garganta,
y levanta tu frente luminosa;
¡ levanta la cerviz! ¡ la faz levanta!
que ya asoma en Oriente
de libertad la aurora esplendorosa
por la que tanto sin cesar gemiste
de inicua esclavitud bajo la planta.

¡Ya eres libre otra vez, patria querida!
¡Ya eres libre otra vez!  Tu nueva vida
Dios la habrá de regir con mano diestra;
pero si fuere necesario un día
tus fueros discutir en la palestra,
yo quiero que no olvides, madre nuestra,
¡ que quedan muchos Trejos todavía!

José A. del Valle

25/9/1933