Ép. y Míst.  Pág. 35 - Obra No. 5
Canto Épico y de Exortación

Nuestra Ruta


Recitada en el Consejo de San Hilarión
de Guanajay, el 12 de Octubre de 1938

Rompiendo el oscuro cendal de las brumas
que el paso les cierra,
tres frágiles naves, juguetes del Bóreas,
con trémula quilla
la faz al coloso rasgándole van;
la estela que dejan será maravilla,
prodigio, portento;
que nunca las iras del tiempo y del viento
borrarla podrán.

¿Quién es el que manda la Santa María?
¿Quién es, que en el puente
sin treguas escruta de noche y de día
con ojos de cóndor,
del piélago inquieto la fosca extensión?
¿Que al mar con talante de cíclope reta?
¿Quién es ese lobo de mar? Un profeta:
¡Colón!

Colón, que además de la brújula amiga,
su náutica ciencia, su cálido celo,
clavada en el Cielo
su fe de cristiano por siempre llevó,
¿podría vencido quedar por el hado?
¡Jamás! Y miradlo, miradlo, ¡ha triunfado!
¡Su fe lo salvó!

Si fue borrascosa la ruta del nauta,
si fue tormentosa,
también lo es la nuestra:
mil vientos contrarios azotan la nave
del alma que boga camino del Cielo;
del alma que sabe
que Cristo es el faro de la salvación.
¡Cristianos, avante, la fe levantemos!
¡Cristianos, avante, que al fin triunfaremos
igual que Colón!

José A. del Valle