Libreta segunda  Pág.165
Obra No. 115 – Fantasía Infantil en
diálogo que enseña el que las buenas
acciones son recompensadas

El Jardín Encantado


El hada:
Niña buena y candorosa
que sólo en cuidar te empeñas
de este jardín primoroso
las bellas flores que ostenta.
Desde el palacio en que vivo
y que no está aquí en la tierra
sino en el cielo más alto;
por una ventana estrecha
que tengo para mirar
lo que hacen las niñas buenas,
te vi regando estas flores
con tal cuidado y paciencia,
que exclamé llena de gozo:
¡ merece una recompensa!
Y dicho y hecho: bajando
por una cuerda de seda
que tengo atada al balcón
de aquella ventana estrecha,
y que es tan fina, tan fina,
que sólo yo puedo verla,
hasta aquí llegué a decirte:
pide, niña, cuanto quieras;
pide cuanto se te antoje,
que estoy en verdad dispuesta
a premiar, cual se merece,
tu labor de jardinera.
¿ Qué es lo que quieres, niñita?
¿Qué es lo que quieres?

La niña:
¡Muñecas!

El hada:
Pues las tendrás al instante:
que haré de cada flor de éstas,
la más linda muñequita
que imaginarte pudieras.
Salga aquí una mejicana.
Quiero aquí una brasileña.
Una americana aquí.
Aquí una china, y en ésta...
la más preciosa y más linda
que pueda haber en la tierra:
una muñeca cubana.
¡La Reina de las muñecas!
¿Estás contenta niñita?

La niña:
¡Muy contenta! ¡Muy contenta!

El hada:
Así es como premia el hada
a toda niña que es buena:
transformándole las flores
con su varita..., ¡en muñecas!