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Ép. y Míst. Pág. 125
Obra No. 55 - Himno

A la Juventud Católica


Al grupo de la Juventud Católica
“Beato Antonio María Claret”, en
el día de su Iniciación.

¡Soldados de la fe! ¡Salve, valientes!
Cual soldados inquietos y fervientes
ya lleváis jubilosos la loriga;
como aquellos bizarros caballeros,
aprestásteis sin miedo los aceros
para dar gloria a Dios. ¡El os bendiga!

Vosotros sois de aquellos que vibrando
de entusiasmo y de júbilo, vais dando
de católica acción vital ejemplo;
vosotros sois de Cristo paladines
que tenéis como norma y como fines
brindarle el mundo convertido en templo.

Vosotros sois heraldos de su gloria.
Y, ¿podrá acaso señalar la Historia
misión más noble a combatiente alguno?
Tal vez entre los hombres sean otros
más dignos de alabanza que vosotros...
¡ante Jesús no lo será ninguno!

Ante Jesús venero de excelencias,
ante Jesús, conciencia de conciencias,
no son grandes los grandes de la Historia;
lo son, en cambio, los que en El pusieron
cabeza y corazón, y le ofrecieron
la vida toda para darle gloria.

Son esos ¡sí! los grandes, los colosos
cuyos nombres en versos armoniosos
eternamente loarán los Cielos.
¡Quién más digno de loa y alabanza
que el que puso en el Cielo su esperanza
y fue dócil de Cristo a los anhelos?

¡Arriba, pues, muchachos, al combate!
que ese entusiasmo que en vosotros late
la victoria risueña os asegura;
la gloriosa señal de Constantino
ilumina también vuestro destino
con celeste fulgor desde la altura.

Alguien hay además que os acompaña
infundiéndoos ardor en la campaña:
del Beato Claret el santo nombre:
ya veréis como vence a las naciones;
ya veréis como rinde corazones
y transforma en un ángel todo hombre.

Si tan gran Capitán es quien os guía,
si os da Cristo su afán y su alegría
y es la Cruz sacrosanta en vuestra diestra
la espada del amor, del bien, del cielo,
nada habrá que resista vuestro anhelo.
¡Muchachos, ea, la victoria es vuestra!

José A. del Valle