Home > Sus Poesías > Poesía Didáctica > A mi Dilecto Amigo Manuel Barnet
Libreta 3a.  Pag. 254 - Obra No. 254
Décimas con las que proclama
la luz de la fe, que le da nueva
vida y con la que todo lo
ve como eterno raudal de paz.

A mi dilecto amigo, Manuel Barnet,


fraternalmente en Cristo,

Lo que la fe me enseñó
no sea para mí sólo:
pido a Dios que tú, Manolo,
lo comprendas como yo.

Me hiciste, ¡oh, Dios! Para Tí
y para que en Ti  viviese;
y al mundo, para que fuese
mi escenario y para mí.
Dice mi fe que es así
y agrega después: “procura
que nunca la criatura
te robe la libertad
y el ansia de eternidad
que tienes puesta en la altura.

Si tus ambiciones podas,
al ver las cosas más bellas
no serás esclavo de ellas
¡Cierra tus ojos a todas!
Las novedades y modas
lazos del demonio son.
Ten siempre tu corazón
y razón bien avenidos,
y niégale a los sentidos
toda ilícita impresión”.

La santa luz de la fe
¡cuánto ilumina y nos muestra!
A la voz de esta maestra
todo más claro se ve.
Por su magisterio sé
lo mal que hasta ayer viví.
Por ella me arrepentí
de la jornada vivida
y hoy, ante la nueva vida,
canto alegremente así:

En todo veo, Señor,
tu mano maravillosa,
justa y misericordiosa:
En la fiera y en la flor;
en el acerbo dolor,
como en la dulce alegría.
En este sublime día
de mi vida espiritual,
ella es peremne raudal
de paz y de poesía.

José A. del Valle
Paterson, 30 de Junio de 1963