Libreta Segunda. Pág. 129Obra No. 105
Sexta Rima con la que anima a la
conquista de la Patria Celestial

Baire  Cristiano.


Miradlos avanzar, la frente erguida,
fogoso el corazón y enardecida
el alma toda al beso de una idea;
¿qué podrá detenerlos? Nada; nada,
porque el derecho, cual fulgente espada,
en sus pechos jadeantes centellea.

Nuestros hermanos son, que en fausto día
y de Baire en la fosca serranía
dieron de libertad el santo grito;
grito cuyas sublimes vibraciones,
estremecen aún hoy los corazones
y la bóveda azul del infinito.

Grito de magia tal, de tal encanto,
que nuestro acervo y quejumbroso llanto
trocó en sonrisa celestial y pura;
grito que alzó a la patria, jubilosa,
de la región más hosca y tenebrosa
a la más bella y luminosa altura.

Hermanos en Jesús ¡ Si es que anhelamos
ver surgir tras el mar en que bogamos,
nuestra añorada Patria celestial,
demos contra Satán y contra el mundo,
vibrante, categórico, rotundo,
¡nuestro grito de Baire espiritual!

José A. del Valle